jueves, 26 de noviembre de 2009

IN NOMINE PATRIS, ET FILII, ET SPIRITUS SANCTI. AMEN

Lo vengo diciendo hace meses, creo que ya esta bien de no dar la cara y seguir haciendo el hipócrita en este mundo de la Enseñanza, creo que ya está bien de estar callado, y creo que ya basta de no decir lo que pensamos, como por ejemplo:

NO PODEMOS DAR ENSEÑANZAS CONTRADICTORIAS EN LAS ESCUELAS,

¿Es simple? ¿No?

No podemos enseñar una cosa y en la hora siguiente lo contrario, no puede un profesor exigir puntualidad al alumno y el llegar frecuentemente tarde. No podemos exigir trabajo y esfuerzo si no demostramos practicarlos primero. No podemos quedarnos durmiendo en clase o en los exámenes como pasaba con el profesor de Ética en el I.E.S J. S. de Elcano y exigir después atención a los alumnos. ¡No podemos en una clase decir que 2+2 son 4 y otra que 2+2son 5!, Etc. Etc…..

Creo que excepto algún profesor de Ética, estaremos todos de acuerdo.. ¿no?

Faltar a esta normativa implica generar mentes “relativas” capaces de asumir para todas las situaciones pensamientos tan imbéciles y generalizados como que “nada es verdad ni nada es mentira, todo depende del cristal con que se mira”. ¡No! Eso no es cierto. Ese razonamiento es una idiotez si se generaliza, no se puede aplicar a dos situaciones cuando son contradictorias, si una es cierta la otra es falsa ¡O es verdad o es mentira!, el cristal solo cambia el color pero no la realidad de las cosas.

Ante un hecho “único”, podemos verlo o apreciarlo distinto según la situación y el cristal del observador, pero la realidad es única, la percepción del observador no va a cambiar el hecho. Por supuesto que se pueden valorar estas situaciones y dependiendo de la formación y de los intereses, dos individuos las verán de un color u otro, pero la realidad nunca cambiará. Solo conozco una excepción a este planteamiento y por suerte solo parece presentarse a nivel subatómico en Mecánica Cuántica, en donde el observador por el hecho de observar ya está cambiando la situación o el hecho. Por suerte hasta ahora esto no es apreciable en el mundo real y macroscópico en que nos movemos.

Creo que todos estamos de acuerdo hasta aquí. La palabra relatividad no solo se usa bastante mal sino también de forma interesada. De hecho en Ciencia la Relatividad Especial afirma que un mismo hecho es observado (medido) de distinta forma por dos observadores dependiendo de estado (velocidad) pero el hecho y su análisis en conjunto formado por el cuerpo y los observadores es ¡único!, ¡ú..n..i..c..o…!, el punto de referencia o la velocidad en este caso, nos hace ver las cosas con distinto cristal, pero el “conocimiento” nos permite entender que nuestra visión o medición es “relativa” y que la realidad es distinta, esto debe estar claro y no agarrarnos a verdades a medias, verdades relativas a través de cristales de colores, que a veces nos interesan mucho cuando se generalizan porque como ejemplo, ante una ley, esta visión relativa de las cosas nos puede beneficiar mucho a la hora de asumir esa ley según nos interese respetarla o no.

En resumen, ni Einstein nos permite relativizar hechos contradictorios y caer en estúpidas e interesadas ambigüedades.

Y sin embargo a pesar de que creo que estamos de acuerdo casi todos, incluida la Ciencia, en las escuelas se siguen enseñando contradicciones y muy fuertes …..

¿Como podemos por ejemplo enseñar en clase de Biología como actúan las levaduras en una mezcla de harina y agua?, o en Química oír como el oxígeno es transportado por la hemoglobina de la sangre. Y después el mismo alumno al entrar en otra clase se le puede hablar de la TRANSUSTANCIACIÓN como algo real y pilar fundamental de la iglesia católica.

La Iglesia Católica Romana enseña que una vez que un sacerdote ordenado, bendice el pan en la Cena del Señor, éste se transforma en la misma carne de Cristo (aunque retiene su apariencia, olor y sabor de pan); y cuando él bendice el vino, éste es transformado en la misma sangre de Cristo (aunque retiene la apariencia, olor y sabor del vino). ¿Magia potagia?

¡Pero bueno…….! ¿Como una mente “normal” puede hoy en día asumir esto?

A segunda hora se da en el Instituto clase de Ciencias Naturales o Física y escuchan los alumnos la explicación de que los átomos que constituyen nuestros cuerpos son cambiados, “sustituidos continuamente” por otros nuevos. ¡En un año cambiamos nuestros átomos en un 80%!. A la hora siguiente pueden entrar en clase de Filosofía y pasarse la hora pensando sobre la paradoja de Teseo “ ¿Es la misma nave si le hemos cambiado todas sus maderas al cabo de un tiempo? También pueden pasarse el resto del curso pensando que…. si las maderas se han intercambiado entre varias naves ¿siguen siendo las mismas naves?. De cualquier forma “pajicas mentales curiosas” que pueden ejercitar la mente, pero ningún profesor de Filosofía que permanezca despierto y no se duerma en sus clases como uno que yo conozco, se atreverá a negar la posibilidad de que yo lleve ahora en mi cuerpo átomos que formaron en su momento parte del cuerpo de Lucero o de la virgen María.

¿Cómo puede a tercera hora el alumno que sale de las clases anteriores, entrar en clase de Religión y oír como vaticinio real y también pilar fundamental de la iglesia católica “la resurrección de los muertos en cuerpo y alma”? y ¡mucho cuidado! ahora con lo de la cremación…….

¡Que mierdas estamos haciendo en las escuelas!, ¡Que legados ilógicocontagiosos, represores y antinaturales estamos dejando!

¡Tócate la….! ¡Perdón! Mejor no te toques nada, que te puedes “descrecer” y se te puede secar el “sserebro” y la “méeeedula”, eso al menos es lo que me decían las monjas en el Patronato del Sagrado Corazón, ¡Que puñetera obsesión con las partes bajas!, ¡peor que yo con Elcano!,¡Que “jodías” monjas!¡y encima aciertan!. No se si será científico pero tengo datos fiables de algún individuo que desobedeció las castas ordenes represoras sobre tocamientos y otros actos condenables y efectivamente que no creció mucho, y lo del cerebro y la médula no se como lo tendrá… no se… no se…¡Que fuerte!, ¡Qué lucha entonces y ahora la de estos hombres y mujeres contra la naturaleza! ¡Cuantas vergüenzas tapadas por la santa madre… Hipocresía!

Curiosamente no les guardo rencor, ¡al revés!, recuerdo aquellas monjas con cariño, ¡es verdad! y sobre todo a sor María. Quizás porque hacía lo mismo que hago yo ahora “enseñaban con vehemencia lo que sabían” bueno eso si…. la estructura metodológica era algo distinta, pero algunos contenidos conceptuales eran idénticos. Por ejemplo ayer yo les enseñaba a mis alumnos las propiedades mecánicas de los materiales, su resistencia, los ensayos etc., y sor María hizo lo mismo conmigo pero de forma más experimental muchas veces con la “chasca” y con celebrada apoteosis experimental, rompiéndome una regla gorda y en otra ocasión una hermosa escoba en la cabeza.

Gracias a esas enseñanzas asumidas con alegría, años más tarde pude llegar a ser presidente de aquel APA, en donde tuve el honor de sentirme avergonzado muchas veces, la mayoría por vergüenza ajena, pero hubo una ocasión especialmente “triste”, fue cuando en el segundo año me toco el “premio gordo” de hablar con el profesor de religión. Nos habían llegado varias quejas, especialmente de madres sobre los desmadres que se producían en sus clases. En el consejo escolar sacamos el tema, jefatura de estudios y dirección, no saben no contestan, y no solucionan nada, salió el tema en una asamblea, y yo plantee simplemente denunciar, pero compasivamente se decidió que antes de denunciarlo en la consejería y en el obispado, como APA se hablase con el profesor y se le plantease la inquietud de los padres y madres, ¡Tiene narices la cosa! "los padres diciéndole al profesor como tiene que dar la clase" ¡que vergüenza!, con lo fácil que es no llevar al nene a religión. El tema tras calentarme mucho la cabeza, (no se porque), quizás para que nadie se sintiese demasiado mal, lo enfocamos como un ofrecimiento de ayuda por parte del APA antes de tomar otras medidas mas contundentes, le ofrecimos nuestro apoyo hasta con la posibilidad de eliminar subvenciones al alumnado con mal comportamiento, pero aparte de la vergüenza ajena y la pena que sentí cuando salimos de aquella entrevista, lo único que conseguimos fue que el profesor al poco tiempo cogiese la baja y oír en algún consejo posterior las críticas a nuestra actitud con aquel hombre y “nos”, o mejor dicho que “me” responsabilizaban de aquella baja médica.

En fin, que es una asignatura con un “tratamiento muy especial”. No se evalúa y como no puede ser obligatoria, por tanto hay que inventar algún “apaño alternativo” para “mantener entretenido al personal pero sin aprender” para no desequilibrar a los que no van a religión. ¡Válgame, el señor!, ¡dios bendito!. ¡y somos capaces de asumir esta burrada!, lo tenemos asumido así todos…. ¡sin problemas!

Todos los que estamos dentro sabemos la distorsión que a varios niveles en muchos Institutos y especialmente en algunos grupos provocan las asignaturas que no evalúan y por lo tanto propicias al desmadre y más difíciles de controlar que las otras, podría contar verdaderas “historias” no solo ya de Elcano, es un problema bastante generalizado que al menos en los centros que conozco se da en mayor o menor medida.

El profesorado de estas asignaturas, cuyo aprecio sincero por algunos, no me evita pensar que encima de que no pasan por una oposición son elegidos por el obispado pero igual que a mi le paga la consejería, les pagamos todos, en alguna ocasión he oído la pregunta ¿En que empresa se contrata y se le paga a un porcentaje de sus trabajadores elegidos por otra empresa y con criterios tan dispares al resto?.

A los demás no se pero yo sospecharía bastante de un ministro o una ministra . que ponga una asignatura optativa como por ejemplo la “tauromaquia” para complacer a un numeroso grupo de padres aficionados a los toros, aunque lleven en la mano un papel viejo firmado hace “treinta años” ¡treinta!, que ponga “concordato”.¡Lo siento señores toreros pero en las escuelas públicas no podemos dar enseñanzas contradictorias!, lo del papel ¡vale! Les apoyaremos hoy esas enseñanzas en las plazas de toros, pero en la escuela publica ¡NO!. Y mañana a primera hora hay que revisar lo que pone ese papel, ¡Hombre! Estamos hablando de revisar la Constitución y… ¿ese papel no? ¿Por qué no? ¿Hasta el infinito y más allá?

En vez de lo que se esta haciendo sería mas respetable y menos hipócrita bajo mi punto de vista asumir realidades, batallas perdidas o derrotas, y ante el santo padre, como en otros tiempos reconocer de rodillas el emperador o la emperadora (con velo) el poder de la iglesia, y entonces… las clases de religión igual que las demás, con nota para selectividad y obligatorias hasta en las carreras como yo la di en Ingeniería, con los mejores profesores elegidos a dedo por el obispo, ¡todo el mundo a religión!, ¡católica, por supuesto!. crucifijos en todas las clases y hasta en los aseos, fotos en las paredes de Aristóteles, el sssientífico más grande. Nada de excursiones ya al Museo de la Ciencia o a Sierra Espuña, ahora… ¡a los centros “concertados” del opus, como el Nelva o al Monteagudo! ¡a ver si aprendemos como se deben hacer las cosas!. Belenes vivientes con muchos borregos y borregas en Navidad como en Elcano y capillas en todos los centros e Institutos, como mínimo con las mismas dimensiones que la de este Instituto y si no hay sitio, se quitan los laboratorios de Física y Química ¡total….!.

Y el que no esté de acuerdo que hable con el santo padre, que le den por donde amargan los pépinos o que aprenda a votar, aunque lo de votar no se yo si vale para algo en este caso. Vemos que gobiernos supuestamente de izquierdas están tolerando estructuras contrarias a sus ideologías, que desequilibran la escuela y las cabezas, antes que enfrentarse de verdad y sin hipocresías a los problemas educativos.

¿No sería más lógico dar esas enseñanzas en las iglesias a los que estén interesados? La respuesta yo creo que la tengo tan clara como cualquier obispo y cualquier político hipócrita o santurrón, preferimos soportar la distorsión y lo que haga falta antes que perder clientela.

Me cago…. ¡en la HIPOCRESIA!

domingo, 1 de noviembre de 2009

Cristianoso paranoicos con Halloween

los llamados “nacidos de nuevo”: Las clases de educación sexual, el matrimonio gay, la biología evolutiva, la geología evolutiva, la investigación con células madre, las películas de Harry Potter, y también la celebración de Halloween.


En su visión maniquea, los cristianos dividen el mundo entre el bien y el mal, de forma absoluta. Estando ellos, y solo los de su particular secta, en el lado bueno. Esto siempre ha sido así, y por esta razón, cuando los primeros cristianos evangelizaron Europa y encontraron otras religiones, como las de los celtas, rápidamente las tildaron de falsas, y a sus ritos de satánicos.

La fiesta actual de Halloween, que es un su totalidad folclórica y comercial, y ya sin tintes religiosos, es vista por los cristianos como una práctica instigada por su imaginario archienemigo , el diablo. En palabras del pastor
Dawlin Ureña de las Asambleas de Dios:

"En realidad la celebración llamada Halloween es el día más satánico en el calendario pagano. Ningún cristiano debe participar en la celebración de las actividades llevadas a cabo ese día… Satanás ha ganado la aprobación para la celebración de esta fiesta haciéndola una "tradición". Una vez algo se convierte en una tradición, las generaciones futuras no cuestionan los orígenes, sino que siguen la celebración simplemente porque es "parte de la tradición".

Por su parte los
católicos se muestran también preocupados por la celebración:

“Los cristianos debemos no solo desenmascarar el mal sino ser además luz en las tinieblas. Debemos abogar por el retorno a la verdadera celebración de la Fiesta de Todos los Santos y la riqueza del festejo del Día de muertos.”

En
2007 la Arquidiócesis de México comento que "La actual fiesta del Halloween no sólo no tiene nada que ver con la celebración que le dio origen, sino que, incluso, es nociva y contraria a la fe y la vida cristiana", y pidió a los católicos no celebrar Halloween.



Son múltiples las cosas que les da terror a los cristianos, especialmente a


El Halloween remonta sus orígenes a una antigua ceremonia celta llamada Samhain, que fue la festividad más importante en la Europa pre-cristiana de los druidas. El Samhain celebraba el final de la temporada de cosecha, y el nuevo año celta, aunque esta festividad era celebrada por los druidas entre el 5 y el 7 de noviembre, tenía como objeto reverenciar a los ancestros. Luego de la cristianización, la ICAR se esforzó en adaptar las prácticas y fiestas paganas al cristianismo.



Es así como en el año 615 el Papa Bonifacio IV convirtió un templo romano dedicado a múltiples dioses, en una iglesia dedicada al día “de todos los santos”. Luego, en el año 741, el Papa Gregorio III traslada la celebración de “todos los santos” del 13 de mayo al 1 de noviembre. La celebración de halloween llegó a los Estados Unidos en 1840 con los inmigrantes irlandeses, y se empezaron a tallar calabazas basándose en la leyenda de Jack el tacaño. Estas calabazas talladas se conocen como los "
Jack-o'-lantern". Luego, por la influencia cultural de los Estados unidos, la celebración de Halloween se extendió por Occidente en el siglo XX.

Las explicaciones religiosas cristianas y druidas tienen la mismo validez, es decir ninguna. Así que el calificativo de “satánico”, que los cristianos hacen a las tradiciones no cristianas, es igual de tonto si lo llamaran "unicorniano", "angélico" o "duéndico", ya que no hay pruebas de la existencia ni de diablos, ángeles, unicornios o duendes.

Solo imaginemos que por algún giro de la historia, Constantino el Grande hubiera hecho religión oficial del Imperio Romano el druidismo y no al cristianismo. En estas fechas estaríamos por celebrar el Samhain y sería la celebración religiosa más importante del año y nadie hablaría del viernes santo, ni de navidad. El cristianismo seria entonces, algo tan remoto y olvidado como lo es hoy la religión de los druidas.

Como ateos no nos llenaremos de pavor de ir a un infierno inexistente si asistimos a una fiesta de disfraces en la noche del 31 de octubre, ya que no andamos paranoicos con un diablo y un dios del que no hay pruebas de su existencia. Nuestra preocupación no pasará de estar pendiente de no consumir demasiados dulces, especialmente si alguno de nosotros tiene hipoglucemia o este a dieta.

lunes, 12 de octubre de 2009

El peso de las pruebas contra la religión


Se estila, últimamente, la estrategia de mostrar todas las posiciones filosóficas, políticas, religiosas y demás como opciones igualmente validas dentro de la diversidad. Ciertamente tenemos derecho a escoger en qué creemos y qué pensamos de nuestro universo y debemos ser respetados sin importar cuán absurdas parezcan nuestras posiciones.
Se suele considerar irreverente el hacer mofa de los creyentes pero es difícil tomar en serio los enfoques amañados de las religiones que apelan al respeto y aún así van contra las libertades individuales, tratando de mantenerse todavía en una esfera privilegiada, parasitando en las partidas presupuestales de los estados, sembrando su germen en las mentes infantiles y perpetuándose como dudosos paladines de la moral y la justicia.


La historia está hablando, está en vísperas de dictar su sentencia y no hay nada que los líderes religiosos puedan hacer para cambiarlo. Las religiones han cumplido a cabalidad su labor de dar las explicaciones sobre el origen de todo en las civilizaciones sin herramientas para investigar. Ese ha sido su saludable aporte para el desarrollo humano y listo. Lo que vino después de eso no es digno de continuar: el estancamiento científico, la represión, la exclusión y los homicidios en su nombre son el legado que las religiones nunca debieron dejarnos antes de desaparecer. Ciertamente, no son indispensables las religiones para que las injusticias hayan ocurrido, pero cuánto sufrimiento nos habríamos ahorrado…

Tomemos en cuenta el peso de las pruebas contra las religiones:


  • Las religiones no son guías morales, encontramos en los escritos “sagrados” párrafos llenos de odio y venganza que a todas luces no son inspirados por algún ser bondadoso. Convenientemente, la teología (supongamos que esto es una ciencia) nos dice que esos fragmentos perversos son consecuencia de las concepciones que se tenían de la justicia en determinados momentos históricos. Cuando dicen esto reconocen tácitamente que dios (con minúscula) no es el autor de dichos textos; peor aún, insinúan que lo que nos parece ético si fue inspirado por dios y lo inadecuado es fruto de la opinión personal de los autores, empapada de cultura. Es decir, lo incomodo es obra del hombre y lo justo es obra del “señor”. No profundizaremos en esto pues ya hay quienes se encargan de estudiar los desvaríos literarios de Jehová y de Alá.



  • Muchas religiones creen firmemente en los relatos míticos sobre la “creación” otras afirman que es una forma folclórica de narrar lo que dios hizo lentamente sin contradecir las teorías y descubrimientos científicos. Esta última estratagema es la más patética, utilizar perversamente la ciencia para hacer creer que reafirma el imaginario popular. Ni siquiera en esto se ponen de acuerdo las religiones. ¿A cuál religión creerle? ¿a las radicales? ¿a las agazapadas? A ninguna. Todas divagan y afirman tener la verdad sin estudiar nada. Prefiero lanzar una hipótesis basándome en evidencias que creer firmemente en historias fantásticas.



  • Dios no se ve por ningún lado, apostar por la existencia de un mundo imperceptible e intangible con seres que dominan o influyen el “plano” físico es algo que la humanidad debió superar hace tiempo. El único espíritu que he sentido de alguien ha sido el que sale de las axilas. Somos materia pura. Por muy duro que nos parezca, sólo eso somos. En mis años mozos asistí a sesiones espiritistas, aprendí el tarot, jugué con la tabla ouija, he practicado las hechicerías de numerosos libros (entre ellos La Clavícula de Salomón y publicaciones de Editorial Ariel Esotérica) todo con tal de encontrar esa pequeña pista que me demuestre la posibilidad de ese algo inmaterial pero real y no he percibido más que fantasías, predicciones obvias. Fueron años perdidos de mi juventud. Tal vez hay algo en la constitución cerebral de algunos que nos hace más fuertes a este tipo de supersticiones.


  • ¿Que no he intentado buscar a Dios? Claro que lo intenté. ¿Cómo no hacerlo si toda mi familia es católica y en la ciudad donde crecí no conocí a un solo ateo? Me bautizaron, me confirmé (no sé por qué se llama confirmación, si a esa edad todo es confuso por obra y gracia del espíritu santo, con algo de análisis sólo puede confirmarse la locura colectiva) ¿Cómo no hacerlo si por conquistar a una hermosa chica evangélica ingresé a varios cultos con el propósito de sentir el toque del señor y, de paso, ligar a esta preciosidad? Sólo vi unos individuos contorsionándose al mejor estilo epiléptico. No hubo toque, ni experiencia diferente a la incertidumbre de mi salud mental. Ni siquiera el amor era suficiente motivo para presenciar tal espectáculo.

Es aquí cuando la posición del ateo, su respeto por las evidencias, se intenta menospreciar apelando al relativismo cognitivo (es curioso que quienes recurren a este ardid son los mismos que atacan al relativismo moral). Los autodenominados “guías morales de las civilizaciones” no sólo son seres humanos comunes y corrientes, incapaces de transmitir algún mensaje proveniente de dios, son tan comunes y corrientes que cometen crímenes y hacen obras de caridad como otras personas; la única diferencia es que estos individuos tienen una especie de salvoconducto cultural y a veces legal, que les permite seguir engañando a la gente a cambio de sus “buenas obras” y de ahorrarle al estado parte de su obligación social.



Son sólo unas pruebas, las que aporta mi experiencia. Son pruebas que condenan a las religiones a su extinción.

No faltan los creyentes que se atreven a refutarlas con “argumentos” sacados de la biblia. Tampoco faltan los ateos que ven difícil el cumplimiento de esta condena. Yo confío en el ser humano y en su capacidad de sobreponerse a sus propios errores.


sábado, 3 de octubre de 2009

Dios es sólo el producto de nuestros miedos



La religiosidad es una racionalización, es decir, es la manera en la que nos mentimos a nosotros mismos o nos autoengañamos para proteger nuestra mente de una realidad que no podemos asumir. Como el hecho de que nuestra mente es un subproducto de una parte del funcionamiento cerebral.

Se trata de un mecanismo de defensa psicológico sin el cual muchas personas vivirían su vida de manera traumática al no poder dotarla de sentido. Esta es la razón por la cual la formación y el conocimiento no son suficientes para evadir la necesidad de esta racionalización. El miedo es la base que mueve esta maquinaria de protección. El miedo a asumir nuestra objetiva finitud existencial; a reconocer que no somos la creación de nadie o que nuestro organismo no es mas que una maquinaria compleja producto de una muy larga evolución basada en la selección de las mejoras del azar. A partir de aquí no es difícil deducir que las personas religiosas lo son porque tienen miedo a la vida, a aceptar la realidad objetiva porque dicha realidad compromete su esquema mental del mundo, un esquema que protege su existencia más allá de la vida y le otorga un objetivo, y sin el cual su particular mundo se desmoronaría y perdería su sentido.



Cuando esta racionalización se restringe al ámbito personal, todo se queda ahí y no implica ninguna otra consecuencia ni tiene mayor trascendencia. El problema radica en que al tratarse de una necesidad psicológica de protección, el autoengaño puede ser insuficiente para protegerse psicológicamente, pues uno mismo puede llegar a dudar de su propia creencia si los demás no la comparten y de ahí surge la necesidad de conseguir difundir el autoengaño a otras personas. Cuantas más personas compartan el mismo sistema de creencias mayor seguridad sentirán cada una de ellas en que su autoengaño es cierto y de esta forma, amparándose en su cualidad numérica, terminan haciendo verdad sus racionalizaciones consiguiendo la seguridad psicológica que necesitan sin tener que cuestionársela. Es así como consiguen dejar de percibir su autoengaño como tal para ser percibido como una verdad incuestionable, si bien, siempre se fundamenta en un dogma y no en evidencias. Si no fuera por lo común del mecanismo sería indistinguible de un trastorno delirante de naturaleza psicótica. Es ahí cuando la frase "es increíble lo que se parecen la estructura de la religiosidad a la de la locura" cobra todo su sentido.



Por otra parte, cuanto mayor sea la necesidad de seguridad requerida por una persona, más proclive será al fanatismo y esto a su vez genera mayor necesidad de imponer sus creencias a los demás y a ser más intolerantes con quienes cuestionan sus ideas fanáticas. Esta intolerancia extrema a la divergencia de opinión es una reacción de defensa ante lo que ellos perciben como una amenaza, pues cualquiera que cuestione sus creencias pone en riesgo su propia estabilidad psicológica, lo que supone un riesgo que no pueden tolerar.

Este mecanismo explica la mayoría de los conflictos religiosos que tantas vidas han costado.

Muchas personas a lo largo de la historia han sido conscientes de este mecanismo de protección psicológica y ha sido utilizado inescrupulosamente para obtener dominio y control sobre la conducta de estas personas que son fácilmente manipuladas apelando a sus miedos. Las instituciones religiosas son el paradigma de esta empresa de la manipulación social que sigue vigente aún en nuestros días, pero también existen otras fórmulas que consiguen parecida manipulación basándose en los mismos principios. Astrólogos, curanderos, homeópatas, futurólogos y toda esta serie de pseudocientíficos son buen ejemplo de ello.

Y es que, después de todo, la realidad sigue su curso a pesar de nuestras creencias...

martes, 22 de septiembre de 2009

EL FRAUDE DE LA SABANA SANTA Y LAS RELIQUIAS DE CRISTO


Un artista anónimo del siglo XIV descubrió los principios de la fotografía y falsificó el sudario de Cristo. Hoy, aquella reliquia ha dado origen a una pseudociencia, la sindonología, sustentada por poderosas asociaciones y sectas de todo el mundo. El objeto de la sindonología es probar con argumentos científicos que Cristo fue Dios. Para ello, científicos poco escrupulosos, e incluso claramente mendaces, no han vacilado en emplear las técnicas más avanzadas de la era espacial en apoyo de un gigantesco fraude y de un gran negocio encubierto bajo el pretexto de la religión.

Este libro, en el que la ironía y el humor se aúnan con el rigor histórico, denuncia no sólo los manejos de los sindonólogos sino el resto de fraudes perpetrados con supuestas y pintorescas reliquias de Cristo a lo largo de la Historia: los abundantes Santos Prepucios, los Santos Pañales, las innumerables astillas de la Cruz, el guardarropa de la Virgen, los Santos Rostros y Verónicas, las Santas Espinas, los Santos griales, los Santos lugares... y todo el inmenso arsenal de mentiras fraguado para estafar a los crédulos devotos.

Juan Eslava Galán nació en Arjona (Jaén) en 1948, se licenció en Filología Inglesa por la Universidad de Granada y posteriormente estudió en el Reino Unido. En 1983 se doctoró en Filosofía y Letras con una tesis sobre historia medieval. Historiador, ensayista y traductor, ha publicado más de treinta libros, entre los que destacan los ensayos Los templarios y otros enigmas medievales, El fraude de la Sábana Santa y las reliquias de Cristo y Amor y sexo en la antigua Grecia. En la colección “Los Reyes de España” ha publicado Los Reyes Católicos. Entre sus novelas destacan En busca del unicornio (Premio Planeta 1987), Guadalquivir, Catedral, El comedido hidalgo (Premio Ateneo de Sevilla 1991), Statio Orbis y Señorita (Premio de novela Fernando Lara 1998).

lunes, 21 de septiembre de 2009

¿ Dios Existe ? Joseph Ratzinger versus Paolo Flores D´Arcais


En un debate de estas características hay una gran asimetría, porque el creyente está interesado en convertir al no creyente, está interesado, en el sentido mas elevado del termino, obviamente. En cambio, el ateo no está interesado en absoluto en convencer al creyente de la inexistencia de Dios, no tiene ningún interés en conseguir que nadie pierda la fe. ¿Y entonces porqué también un ateo está profundamente interesado en la fe y sobre todo, en el tipo de fe de quien la practica? Porque ser ateo, palabra que algunos consideran de mal gusto,(¿pero porque no hay que decir sobriamente lo que se es?), ser ateo significa simplemente considerar que todo se juega aquí, en nuestra existencia, finita e incierta. Y, por tanto, que son importantes los valores que se eligen en esta existencia, la coherencia entre los valores que se eligen y la propia conducta. Y precisamente porque todo se juega aquí, en el horizonte de esta existencia, sobre esa base se establecen las alianzas, las solidaridades, los conflictos y los choques.





Y entonces, desde el punto de vista de los valores que se escogen, y sobre todo de la posibilidad de una convivencia basada en la tolerancia, es decir, en el respeto mutuo, el tipo de religión que practica quien cree no resulta indiferente. Si la fe de un cristiano es la de las primeras generaciones, que se resume en una frase que no se sabe quien la pronuncio en realidad aunque se atribuye a Tertuliano (creo porque es absurdo)pero que constituye el sentir común de las primeras generaciones de cristianos, y el concepto esta clarísimo también en san Pablo, esto es, "credo quia absurdum", osea la fe es escándalo para la razón.



Si eso es la fe, no surge ningún conflicto con el no creyente, porque una fe de esas características no pretenderá imponerse, solo pedirá que la respeten.
Pero si la fe católica pretende ser el resumen y la culminación de la razón, ser el resumen y la culminación de todo aquello que es mas caracteristico del hombre, ser la verdadera summa de la razón y la humanidad, entonces comprenderán que si la fe pretende ser eso, es inevitable el riesgo de que más tarde caiga en la tentación de imponerse, incluso mediante el brazo secular del estado Porque quien estuviese en conflicto con los dictámenes de la fe, y sobre todo con sus consecuencias morales, estaría también en contra de la razón y de la humanidad.